Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos
Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.
El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.